Puerto de abrigo

July 29, 2009

A manera de editorial

Filed under: A manera de editorial — CopyLife @ 11:39 pm

Rodrigo Castañeda

¡Magazo!

Hace mucho que no recordaba lo que es la magia, la verdadera, aquella que nos emociona sin que estemos seguros por qué, aquella que anunciaba la hora chimengüenchona, la hora cuchi cuchi; la de Beto el Boticario.

Fue en un programa televisivo llamado La Carabina de Ambrosio donde vi por primera vez al “magazo”. Gualberto Castro cantaba, romántico, mientras que la espectacular Gina Montes bailaba detrás con esas caderas que podían matar un hombre de un solo recargón.

De pronto, de la parte más remota del set, llegaba bailando Beto el boticario, a interrumpir la canción por sus puros y mágicos pantalones, sin ningún respeto, pero ganándose al todo el público que, premonitoriamente, reía dentro de una cinta magnética.

El magazo hacía su truco de mágia, nada complicado, en muchas ocasiones hasta dejaba ver el hilito con el que movía los pañuelos. Todo era parte del truco, todo era parte de fascinar a su público con lo que decía y su forma de decirlo, con esa actitud de que nada le importaba porque él era el más chimengüenchón. Esa era la verdadera magia, no el truco, sino la forma en que Beto el Boticario se ganaba a la gente.

Se murió Beto el Boticario, o mejor dicho realizó el último truco de desaparición que un gran mago pudiera realizar. El no va a tener grandes escándalos como Michael Jackson, pero tampoco pasa desapercibido, pues muchos en este país seguirán recordándolo cada vez que canten: “tatatiu tatatiu tatatiu tata tibidi taaaada, ti taaaada” o griten: ¡Magazo!

Para él, para el gran Beto el boticario va este número de Puerto de Abrigo

La encuesta

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Primeras palabras

Filed under: Primeras palabras — CopyLife @ 11:18 pm

“Samuel Spade tenía larga y huesuda la quijada inferior, y la barbilla era un V protuberante bajo la V más flexible de la boca.”

El halcón maltés

Dashiel Hammett

La cultura también entra por el celular

Filed under: Las notas — CopyLife @ 11:15 pm

Rodrigo Castañeda

Suena el teléfono celular. El timbre es inconfundible, anuncia la llegada de un mensaje de texto. Al revisar mis mensajes me encuentro que efectivamente, hay algo nuevo en la bandeja de entrada. Al abrirla me entero de que cuando Gabriel García Márquez ganó el Nobel y fueron a entrevistar a su mamá en Colombia, ésta les dijo que a ver si ahora sí les arreglaban el teléfono.

El mensaje llegó como cualquier otro, a través de un servicio de mensajes instantáneos al que hay que suscribirse, pero a diferencia de los demás, los de horóscopos, noticias, predicciones mafufas o video vacíos que no dejan nada, este mensaje en particular es parte del nuevo servicio de Letras Voladoras.

Letras voladoras es una asociación civil que ha creado programas como “Círculo de Lectura” y “Libro Libre” en la Ciudad de México, encaminados a la promoción de la lectura y, a través de las nuevas tecnologías, la propagación virulenta de la cultura.

El pasado 25 de julio lanzaron un nuevo concepto en mensajes celulares, los mensajes que tienen que ver con cuestiones culturales. El concepto es denominado “Cultura en tu celular” y lo mismo manda mensajes de cultura general, que reseñas de libros o recomendaciones sobre los programas de la televisora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Canal 22.

Si quieren recibir algo diferente en su celular busquen a Letras Voladoras en Facebook y participen.

Fallece Merce Cunningham, a los noventa años de edad

Filed under: Las notas — CopyLife @ 11:11 pm

merce grahamRodrigo Castañeda

El domingo 26 de julio, a la edad de noventa años, falleció en su casa de Manhattan Merce Cunningham, uno de los responsables, junto con Isadora Duncan, Serge Diaghilev, Martha Graham y George Balanchine, de dar una nueva dimensión a la danza.

Nacido en Centralia, Washington en 1919, Cunningham fue el segundo de tres hijos. Sus hermanos siguieron la profesión del padre mientras que él comenzó su formación como bailarín a los diez años de edad.

A los veinte años de edad se mudó a la ciudad de Nueva York para participar en la compañía de Martha Graham. En 1944 presentó su primer recital como solista con la ayuda del compositor John Cage, quien sería su compañero hasta la muerte del compositor en 1992.

Cunningham, considerado por muchos el mejor coreógrafo del mundo, trabajó en la danza toda su vida. En 1989, a los setenta años de edad, estaba presente en todas las presentaciones de su compañía. En 1999, a los ochenta años, realizó un recital a dueto con Mikhail Baryshnikov en la ciudad de Nueva York. Incluso en sus últimos momentos comentó a las personas que lo iba a visitar que él seguía creando coreografías en su cabeza.

Descanse en Paz Merce Cunningham, una de las grandes figuras de la danza de todos los tiempos.

Oswaldo Sagástegui, la luz y el contraste

Filed under: Las notas — CopyLife @ 11:06 pm

Sagastegui 5Rodrigo Castañeda

La vida de Oswaldo Sagástegui ha estado llena de contrastes. Desde su nacimiento en Lima, Perú, su niñez en la selva del Amazonas, su trabajo como caricaturista en el Excélsior, su múltiples viajes y trabajos en Francia, Italia, Estados Unidos y otras partes del mundo; tal vez por eso su obra pictórica es única, llena de esos mismos contrastes, de colores vivos y sombras, posibles solamente porque la luz así se lo permite.

Las pinturas de Sagástegui están llenas de detalles que atrapan al espectador y lo introducen a un mundo fantástico de colores muy latinos, donde la luz, la forma y el espacio se convierten protagonistas; parte de un todo que narra la pintura de manera fresca.

—La luz es todo —menciona Sagástegui—todo funciona en relación de la luz. La luz permite que elementos tan antagónicos, tan diferentes como las cosas orgánicas y la geometría puedan armonizarse dentro de la obra.

La trayectoria de Sagástegui también resulta un contraste pues dejó la pintura por un lapso de veinte años. Regresó a ella, pero estuvo a punto de volver a abandonarla pues como él dice mente y pincel no actuaban de forma conjunta; sin embargo continuo y descubrió una nueva forma de pintar, que si bien continuaba con sus primeros trabajos, también era muestra de su evolución como pintor, irónicamente, mientras estaba alejado de dicha diciplina.

La influencia de la luz electrónica, la luz neón, es muy palpable en la obra, así como la experiencia acumulada como caricaturista, publicista y tantas otras cosas, que se ve reflejada en sus obras llenas de color, dinamismo, figuras humanas, atmósferas, texturas, espacios caprichosos, efectos visuales y humor; siempre buscando el equilibrio a través del contraste.

—Son obras que tienen muchos elementos —dice el autor— a mi me ha pasado que tengo obras donde descubro cosas que nunca había visto, y yo mismo las hice. Y le pasa a todos los espectadores lo mismo. Son cuadros muy complejos, muy barrocos. Hay que pensar en cómo se va a mover la sensibilidad del espectador, qué se le va a ofrece, cómo se le invita a que observe la obra.

Las obras de Oswaldo Sagástegui convidan al espectador a perderse en ellas. Ya sea a través de los detalles que poco a poco se van descubriendo ante quien es testigo de la pintura; ya sea por el manejo de la luz o por la perspectiva y las formas geométricas; ya sea por los juegos óptico, siempre hay algo que atrapa y motiva a continuar observando.

—No son cuadros fáciles para hacerlos ni para observarlos. He observado que sin darme cuenta he creado un puente entre el espectador y la obra. Cualquier que pase y la vea, aún cuando no esté acostumbrado, aunque no sepa o no le interese, en el momento que se detenga es porque hay algo que le atrae.

La obra pictórica de Oswaldo Sagástegui se presentará en la ciudad de Querétaro junto con el libro Antología que recapitula la carrera del maestro, desde sus primeras obras, su paso por la caricatura y su trabajo actual. La inauguración de la exposición, así como la presentación del libro serán el día jueves treinta de julio, a las ocho de la noche, en el Centro Cultural Gómez Morín. La exposición permanecerá hasta el treinta de agosto.

Cosa dice

Filed under: Cosa dice — CopyLife @ 10:58 pm

Rodrigo Castañeda

Una vez, mientras estudiaba la carrera, se nos ocurrió a un grupo de compañeros y a mí reclamarle al maestro más estricto de la facultad por su falta de compromiso, pues ya llevaba varias clases a las que no asistía y sólo nos mandaba apuntes.

Conocido por su mal carácter y su personalidad vengativa, el Licenciado Matías Vergara era sin lugar a dudas uno de los más temidos, por lo que el día que llegó a solicitar que quienes lo habían acusado se pusieran de pie, yo, en un arranque muy cívico pero muy estúpido, fui el único que lo hizo. En ese momento pensé: “Ahora sí, ya me tocó bailar con la más fea”

La expresión fue del todo atinada, y es que eso de “bailar con la más fea” hace alusión a esos momentos en los que no nos queda de otra, por la razón que sea, y tenemos que apechugar aunque el resultado no se nos pinte nada favorable.

La expresión viene de aquellas épocas en las que, tanto en México como en España, los jóvenes acostumbraban a ir de pueblo en pueblo y de baile en baile. En esas situaciones la matemática era sencilla; joven guapo le tocaba bailar con la joven guapa, mientras que al amigo, menos guapo o menos osado, le tocaba bailar con la amiga de la joven guapa que habitualmente era fea, y por ello la chaperona.

Residuo estelar

Filed under: Residuo estelar — CopyLife @ 10:43 pm

Maricarmen Pitol

Recordando a Desseo

Y de nuevo la pregunta ¿para qué leemos? Recién conocí a Antonio José Bolívar Proaño, un viejo que apenas por sílabas junta palabras y luego descifradas las canta desde el corazón.

Antonio José Bolívar Proaño no sabe escribir su nombre, ni dónde está Venecia, su vocabulario es escasísiel viejo que leia historias de amormo y no conoce otro lugar que El Idilio, un pueblo perdido en la región amazónica.

Antonio José Bolívar Proaño se internó con los indios shuan en la selva profunda, a ésta sí que la conoce bien, transita libre entre sus ramas, reconoce sus sonidos, respeta a sus animales, en fin la lee con cuidado y sabe interpretarla.

Antonio José Bolívar Proaño reconoce también los signos de la gente, buen lector de rostros y sentimientos sabe a dónde pertenece, cuándo llegar y cuándo dejar un lugar. Sabe ganar su espacio. Personajes ha enfrentado tantos que conoce sus deseos y las propias fortalezas, en ello residen sus ofertas.

Antonio José Bolívar Proaño, también lee novelas de amor, del amor que duele o del que  a veces tiene final feliz. De ese lo entiende todo. Es capaz de dar significado a desconocidos vocablos, de incluiros en su historia o hacerlos tema de discusión.  Repite muchas veces un pasaje que le gusta y disfruta la majestuosidad del lenguaje humano.

Antonio José Bolívar Proaño conoce bien el porqué de la lectura, sabe que leer es nada menos que “el antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez”.

Y si alguna duda queda sobre la importancia de la lectura o si sólo desea hacer una viaje con guía seguro, tránsito libre por el Amazonas pregunte por “Un viejo que leía historias de amor” de Luis Sepúlveda.

Oido en la red

Filed under: Oido en la red — CopyLife @ 10:16 pm

Marién Ortiz

He  sido entusiasta seguidora de la revista National Geographic desde que era niña. Por eso no es de extrañar que en mi iPod tenga podcasts del NG.  Desde iTunes se puede uno suscribir a 12 podcasts. El más popular de todos y tal vez mi favorito, es el de National Geographic Video Shorts. Son videos que no duran más de seis minutos sobre todo tipo de temas. Vale la pena ver el del tiburón podrido en Islandia, el del CSI (el de verdad), el de murciélago Vs. Araña y el de los tsunamis.

Wild Chronicles es también un video podcast con investigadores del NG, científicos, aventureros y demás, dedicados a estudiar y a observar el mundo que nos rodea.

El que se llama The Best of National Geographic Magazine ni lo voy a explicar, es bastante obvio. Hay uno que se llama National Geographic’s Atmosphere que es un video musical con imágenes muy bonitas y música “tranqui”, medio new age.

Hay dos sobre noticias de ciencia y naturaleza. Uno es el de Minutes, que como su nombre lo dice, cuenta novedades o cosas interesantes en un minuto. El otro se llama News,  se transmite una vez a la semana y dura cerca de diez minutos, cuenta las novedades de la semana y luego se enfoca en un tema específico. Uno de ellos trató acerca de unos negativos perdidos de Robert Capa, que después de viajar por el mundo aparecieron, curiosamente, en México.

World Talk entrevista a exploradores, científicos, pensadores de todo el mundo sobre los temas más interesantes y actuales.

Hay tres podcasts enfocados a la música del mundo. El que más he escuchado es el de World Music Profiles y consiste en entrevistas cortas, generalmente telefónicas, con músicos de todo el mundo y de todos los géneros. Hace especial énfasis en grupos o músicos que experimentan fusionando su música tradicional con instrumentos modernos, o con música de otras regiones.

World Music Spotlight es un video podcast que también hace entrevistas a músicos, pero éste, aunque más breve,  es más interesante porque uno puede ver al músico, sus instrumentos, pedazos de sus conciertos, etc.

El último podcast sobre música se llama Afropop World Wide. Se enfoca en la música de África y de América y en las relaciones entre ellas; las influencias de Angola en la música brasileña, o del Congo en la música de Cuba, y así.
Por último el podcast sobre Dog Whisperer, que para quien aún no lo conozca es un programa que pasa en el canal del National Geographic (NatGeo) para los amantes de los perros, o para los que tienen perros y no saben cómo controlarlos. Es como el programa ese de la nana que da consejos útiles a los papás para que el niño se duerma en su cama o deje de hacer berrinches, pero con perros.

Así que si no hay tiempo para leer la revista o ver los programas de NatGeo, no hay nada mejor que uno de estos podcasts para ponerse al día en lo más sobresaliente del mundo natural, o simplemente para disfrutar imágenes y  sonidos que no encontramos todos los días. Y bueno, un poco de culturita general no le hace mal a nadie.

La historia del sexo

Filed under: La historia del sexo — CopyLife @ 10:01 pm

Rodrigo Castañeda

El ciberbrasileño parte 1

Cuando E y yo conocimos a Ana Rosa nos dio la impresión de que era una mujer centrada y con una vida profesional sólida, pues a sus cuarenta años ya se había hecho un lugar en el gremio de vendedores de trailers, un gremio que antes era exclusivamente masculino.

Era soltera y guapa; tenía ojos color aceituna, piel morena clara y cabello negro que le caía por los hombros de una manera tan natural que causaba envidia en la mayoría de las mujeres. Tenía una hija de once años llamada Lucía. Para nosotros el padre de Lucía siempre permaneció anónimo, Ana Rosa no mencionaba en presencia de los amigo ni el nombre de pila, pero era tal la naturalidad, la complicidad con la que madre e hija se desenvolvían, que a nosotros nunca nos pareció necesario —aun por morbosidad— el conocer eso pequeños detalles.

Hace algunos meses Ana Rosa nos anunció la noticia de que estaba viendo a alguien de manera romántica, evento que parecería normal de no ser porque en todo lo que llevábamos de conocerla nunca había estado interesada en nadie. El susodicho era un brasileño que, según nos dijo ella, vivía en Bahía y era gerente general de una planta de la Volkswagen.

Se habían conocido por Internet, en uno de esos salones de chat que todavía existen a pesar del Messenger y el Facebook, y a los que uno se conecta los sábados por la noche cuando no hay nada mejor que hacer. El caso es que fue amor al primer byte y el romance cibernauta se dio casi de manera instantánea.

Pasó poco tiempo para que dejamos de ver a Ana Rosa, pues se la pasaba encerrada en su casa chateando con el fulano aquel que creo nos mencionó se llamaba Luigi —extraño que un brasileño se llame como un italiano, pero en estos días de globalización todo es posible.

Cuando llamábamos a su casa siempre contestaba Lucía, y en el fondo, mezclada entre el sonido de un frenético golpeteo de teclas que semejaba la marcha de mil y un hormigas con botas militares, se escuchaba la voz de Ana Rosa que gritaba que no podía atender el teléfono en ese momento, que tomara el recado para que ella se comunicara después con nosotros.

Poco a poco Ana Rosa fue dejando de ser extrañada en las reuniones, pues no iba porque le resultaba imposible despegarse de la computadora por un momento, a menos de que fuera a dormir —lo cual ya no hacía muy seguido— o a trabajar o a comer algo rápido, pero siempre regresaba con su ciberbrasileño.

Un día, mientras yo compraba tres docenas de lápices del dos para la oficina, me la encontré en la sección de computadoras. Discutía acaloradamente con un vendedor sobre la resolución de las cámaras web que vendían. El problema era, según alcancé a escuchar, que ella necesitaba una que pudiera hacer un zoom nítido y las cámaras web del local no tenían esa función. El vendedor, más hecho bolas que otra cosa, le aseguraba que todas eran excelentes cámaras y que para chatear no se necesita mucho zoom, pero que si necesitaba más información sobre las cámaras podía llamarle al gerente de computación. Ana Rosa miró con odio al vendedor, quien con su chaleco rojo y todo el acné de su cara salió corriendo.

Aproveché el momento para acercarme a ella y saludarla; se mostró sorprendida de verme, pero me saludó efusiva y cariñosa.

—Que milagro que te dejas ver —le dije en un tono algo burlón, pero tratando de no ser apresurado, pues me moría de la curiosidad sobre el estado actual de su relación con el brasileño.

—Pues ya ves, es que he andado muy ocupada manito —tras un suspiro que acompañó llevándose una mano a la cabeza concluyó —no me queda tiempo para nada.

—Sí, si eso del trabajo no deja nada bueno —mentí— y ¿qué haces por aquí?

Ana Rosa soltó una risita nerviosa mientras la cara se le ponía de color vino.

—Te lo voy a contar manito, pero tienes que prometerme que no se lo vas a decir a nadie porque me muero de la pena ¿ok? Estoy comprando una cámara web, porque Luigi y yo ya decidimos que queremos llevar nuestra relación más allá y ¿qué crees manito? Que ya vamos a tener sexo, para eso quiero la cámara.

Mi mente le dio una vuelta al asunto y después le dio otra. Imaginé a Ana Rosa y a su cibergalán experimentando toda clase de posiciones frente a la cámara web, ella frotando sus pezones, él arrastrándose sobre las teclas de la computadora, ella llamándolo, dispuesta a romper cualquier firewall que se interpusiera en su camino, él gritando en completo éxtasis el nombre de su proveedor local de Internet, mientras la hackeaba.

Llegué a la conclusión de que eso del sexo cibernético no era lo mío y decidí no hacer más preguntas.

—Te deseo buena suerte y… que lo disfrutes ¿creo? —le dije a manera de despedida y me alejé. En la caja vi de reojo como ella trataba de explicarle a un hombre de traje café, que creo era el gerente, cómo era la cámara web que necesitaba.

July 22, 2009

A manera de editorial

Filed under: A manera de editorial — CopyLife @ 3:41 pm

Canta Serrat que son aquellas pequeñas cosas las que nos hacen recordar, ser felices o llenarnos de melancolía. Serrat tiene razón. En el número anterior de Puerto de Abrigo ya mi tocayo nos hablaba de las pequeñas causas y los grandes efectos y en este número, de alguna manera, volvemos a retomar el tema.

En estos tiempos modernos vivimos tan rápido que nuestra expectativa de algo milagroso o sorprendente tiene que ver con volumen. Pareciera que si las cosas no vienen en grandes cantidades no nos hacen mayor ilusión, sin embargo, si nos fijamos bien, detenidamente, descubrimos que hay un sinfín de cosas pequeñas —mi quincena por ejemplo— que nos hacen felices, nos dan esperanza o nos invitan a la reflexión.

Por eso esta semana nos vamos con los detalles. Los detalles que pueden hacer que una vida, común y corriente, se convierta en un comic famoso; los detalles que nos hacen felices; los detalles en los que no habíamos reparado nunca, aunque los hemos mencionado millones de veces; y los detalles —aunque estos no son tan pequeños— en los que debemos de reflexionar si queremos en realidad dejar de ser barbarie y comenzar a ser civilización.

Así pues sean bienvenidos a este puerto de abrigo, un pequeño detalle a mitad de la semana.

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